"El que no ama permanece en la muerte" (1Jn 3,14)
Pero amar no es una conquista personal sino un don que se acoge y se derrama gratuitamente ... así lo expresa nuestra hermana santa Teresita del Niño Jesús:
"Dios me ha concedido la gracia de comprender lo que es la caridad. Es cierto que también antes la comprendía, pero de manera imperfecta. (...)
¿Cómo amó Jesús a sus discípulos, y por qué los amó? No, no eran sus cualidades naturales las que podían atraerle. Entre ellos y él la distancia era infinita. Él era la Ciencia, la Sabiduría eterna; ellos eran unos pobres pescadores, ignorantes y llenos de pensamientos terrenos. Sin embargo, Jesús los llama sus amigos, sus hermanos. Quiere verlos reinar con él en el reino de su Padre, y, para abrirles las puertas de ese reino, quiere morir en una cruz, pues dijo: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Madre querida, meditando estas palabras de Jesús, comprendí lo imperfecto que era mi amor a mis hermanas y vi que no las amaba como las ama Dios. Sí, ahora comprendo que la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar. Pero, sobre todo, comprendí que la caridad no debe quedarse encerrada en el fondo del corazón: Nadie, dijo Jesús, enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa.
Yo pienso que esa lámpara representa a la caridad, que debe alumbrar y alegrar, no sólo a los que me son más queridos, sino a todos los que están en la casa, sin exceptuar a nadie. (...)
Yo sé, Señor, que tú no mandas nada imposible.
Tú conoces mejor que yo mi debilidad, mi imperfección.
Tú sabes bien que yo nunca podría amar a mis hermanas como tú las amas,
si tú mismo, Jesús mío, no las amaras también en mí.
Y porque querías concederme esta gracia, por eso diste un mandamiento nuevo...
¡Y cómo amo este mandamiento, pues me da la certeza de que
tu voluntad es amar tú en mí a todos los que me mandas amar...! Sí, lo se:
cuando soy caritativa,
es únicamente Jesús quien actúa en mí.
Cuanto más unida estoy a Él,
más amo a todas mis hermanas.
(Historia de un alma MsC, 11vº ss )
Santa Teresita, ora pro nobis